Ay amor,
Vienes y vas, cuál sueño, cuál fantasma.

Seguimos siendo los mismos, y sin embargo nada es igual…

Te sueño, aún ahora que vives conmigo
Como cuando eras lejana, extraña a mi cama.

Y te amo, aún hoy que la vida nos aburre con su rutina,
A pesar del mundo y sus tentaciones,
Sigues siendo mi vida,
Desde esa instante primero,
Al igual que esa noche en que supe estaba vivo.

Qué más da si debo ofrecer mi libertad,
Qué más da si a cambio obtengo una vida a tu lado.

Eres como yo (mejor que yo), conoces mis mentiras
-Mis pecados-, y me amas a pesar de ellos.
(Yo te amo por ellos, por ser tan santa y tan diabla).

Yo…
Estoy aquí,
Sin saber qué será del mañana
(sin importarme habrá un mañana, hoy estás conmigo).

Sabiendome el más afortunado, y a ti, la más testaruda,
la más aventurera, la que por un “quizá” apuesta su vida,
Por quien por un beso estoy dispuesto a morir, a matar.

¿Yo quién soy para dudar de ti?
¿Quién sería yo si tu amor no me hubiera encontrado?

Te amo…
¿Acaso el mundo y sus “qué dirán” nos deben importar?.

¿Pedirte te cases conmigo acaso vale más que un:
“Contigo hasta la victoria o la muerte en el camino”?

Roberto Arenas, ‘Paroxis’.