Resulta que no doy ya nada por sentado, el mundo, la vida me preocupa, sin embargo, a veces en los días nublados me lleno de una extraña tristeza y solo tengo ganas de dormir. Entre sueños e insomnios no puedo sino pensar…

¿La próxima guerra en donde estallará?
¿Cuál será el próximo amigo en traicionarme?
¿Sobre qué olvidada calle desangraré el corazón y mis sueños?
¿Por qué me quieres si yo quiero olvidar?
¿Por qué huyes de mi si solo en ti puedo vivir?.

Que diferente sabor tienen las canciones en esta noche, no hay que llorar, lo sé, lo repito a menudo, pero Sabina no ayuda, se lleva tan bien con mi soledad, ¿y tú, donde estas?, a veces te pierdo entre el humo de mis cigarrillos, prender la luz no servirá, estos fantasmas son solo míos, fieles y crueles, no se marcharán.

No somos ya niños, ojala Peter Pan lo sepa entender, y un día, aunque tarde me pueda perdonar, hay que crecer, romper las promesas que en el tiempo hicimos, “madurar”, empuñar las armas que odiamos, pelear, pelear por un mejor futuro, y después, solo esperar, en la incertidumbre de tu mañana, en la línea que representa el repicar de tu teléfono…

Roberto Arenas, ‘Paroxis’.