No quiero sino quererte, sin detener tu paso, sin pedirte más que nada. Mostrarte mis cartas a cambio de un día, de una noche para demostrarte soy yo tu destino, hacer de la causalidad un porqué y un mañana.

Besarte por fin después de tanto soñarte, como si no hubieran pasado vidas desde la última vez.

Es, si lo buscamos, la oportunidad de ser quienes no hemos sido, de convertir el hoy en el tiempo de un nosotros.

Y un aquí…