Sin animos de ofender, sabes no tienes el valor de luchar, de sacrificar tu vida por un mejor mañana, no es lo tuyo, nadie te culpará, solo tú, será tu propio remordimiento el que no te permitirá ser feliz, lo sé, y por seguro, lo sabes.

Sé de ti, de tus sueños inacabados,
Del rifle que por miedo a morir has soltado,
De las promesas que han muerto en tus manos.

Tienes miedo, es lógico,
La revolución no es lo tuyo,
Prefieres tu rutina,
Los besos llenos de costumbres,
El frió en tus pies,
El sinsabor de las mañanas en tu cuarto.

No te miento, estoy aterrado,
Las malas nuevas no cesan,
El clima cada vez más loco.
Y nosotros como siempre,
Luchando contra quien no sangra,
Contra quien suma adeptos.

Quisiera quedarme a tu lado,
Por eso es esta lucha,
Por ti y por mi,
Por todo aquello que conocemos.

Para construirte el pedacito de eternidad
Que entre sueños descubriste.

De mi parte, seguiré aquí,
Aún después de tu olvido,
Con la marca de tus lágrimas en mi pecho.

Escribiendo,
Peleando,
Hasta la última sangre,
Hasta la victoria…

O la muerte en el camino.

Roberto Arenas. “Paroxis”